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viernes, 11 de diciembre de 2009

Y así llego a la conclución

Cada vez que la muerte se presenta como acontecimiento en mi vida más me convence de que la vida es un conjunto de acontecimientos vacíos e insignificantes, ¿de que sirve sentir afecto hacia las personas si las pierdes?, la gente que más quieres se muere o se enferma esperando una muerte inminente.

Los lazos emocionales que formas con las personas con el tiempo y las experiencias se fortalecen por cosa de rutina y costumbres de las necesidades afectivas del ser humano.

Pero cuando esa persona se va, el lazo no se destruye, pero se vuelve amargo, y finalmente melancólico.

A pesar de que una vez creí que los sentimientos eran un invento del ser humano, para describir el estado anímico de el músculo cardiaco al cual llamamos corazón, pero de a poco me voy dando cuenta que es inevitable, sentir emociones, pero serán realmente parte de nuestra cabeza solamente, y no será parte de el alma, o el alma estaría en nuestro cerebro, creando nuestro propio ser, desarrollando una personalidád, una manera de pensar, etc.

¿O el alma también es una invención para darle más sentido a nuestra mera existencia?.

¿realmente existe alguna esencia mía en mi ser que me identifique fuera de mi yo que todos conocen?.

realmente no lo se

pero de algo estoy segura, comienzo a odiar, odiar a la muerte, por que se lleva a mis tesoros sin decirme a donde, la humanidad cree en un paraíso y un infierno depende de la clase de persona que fue cuando existía.

Ojala no solo existiera un paraíso y un infierno, si no una reencarnación dando a entender que la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma.

Si fuera así buscaría por cielo mar y tierra a los seres queridos que cerraron sus ojos para no abrirlos nunca más en ese viejo cuerpo inútil al fin y al cabo.

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